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Estudiantes del IPEM 419 de Villa Los Aromos participaron de un taller junto a especialistas del IMBIV, CONICET-UNC y de otras instituciones del Valle de Paravachasca, como el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura …
Publicada en cinco tomos y editada por la Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba, el Museo Botánico, el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal y la Universidad Nacional de Río Cuarto. Pueden leer la nota …
Un estudio liderado por científicas del IMBIV, CONICET-UNC analizó más de 270 investigaciones y encontró que los aceites esenciales de plantas tienen un claro efecto repelente sobre los insectos: evitan alimentarse, poner huevos o quedarse …
Un equipo de especialistas del IMBIV, CONICET-UNC estudió cómo ocho especies de cactus enfrentaron un incendio en las sierras de Córdoba. ¿Quiénes sobrevivieron y por qué? ¿Qué nos dicen estos resultados sobre el futuro del …
Un nuevo artículo de Sandra Díaz, investigadora del IMBIV, CONICET-UNC, en la revista Functional Ecology explica cómo las plantas influyen en su ecosistema y por qué esto es clave para la conservación y el cambio …
Una investigación realizada en el Chaco seco cordobés por científicos del IMBIV, CONICET-UNC y de la FCEFyN (UNC) muestra cómo el uso del suelo -ya sea conservación o ganadería- afecta a los animales que se …
Hace escasos días se produjo el trágico deceso de un ciudadano de Río IV
por consumir el hongo venenoso Amanita
phalloides, conocido como “hongo de la muerte”.
Desde el laboratorio de micología del IMBIV (CONICET-UNC) manifestamos nuestro enorme pesar por este suceso y nos parece importante difundir información que pueda ser útil para prevenir futuras intoxicaciones y eventuales muertes.
En primer lugar, queremos reiterar sobre que no debe consumirse ningún
hongo silvestre que no esté identificado por un experto en el tema.
Amanita phalloides no es un organismo nativo de Sudamérica. Fue
introducido con robles, álamos, pinos y otros árboles exóticos. Debido la
proliferación de estas plantaciones, son cada vez más altas las probabilidades
de encontrarla durante la recolección.
Uno de los principales riesgos es el de confundir especies no tóxicas
con este hongo, o colectar muchos ejemplares de hongos comestibles y entre
ellos, llevar por error uno de A.
phalloides. Es por eso que la identificación basada en unos pocos de los
ejemplares encontrados es muy peligrosa.
Son muchas las características a tener en cuenta a la hora de
identificarlo, y además, son muy variables. La volva (la vaina en la base del
pie resultante del desgarramiento de la cubierta universal del hongo), puede
perderse durante la cosecha, o simplemente ser poco conspicua en algunos
ejemplares. El color verdoso del sombrero también es engañoso, ya que puede
estar muy atenuado hasta parecer al sombrero de un champiñón para el ojo
inexperto.
La identificación competente implica muchos más caracteres, tales como
las especies de árboles asociados, la forma del anillo, forma de inserción de
las laminillas al pie, y, en caso de ser necesario, la forma y tamaño o
reacciones químicas de las esporas al microscopio.
Cuando vemos que un experto colecta un hongo y nos muestra alguna
característica particular, no tenemos que olvidar que suele haber más detalles
que son sólo discernibles por quien tiene mucha experiencia. Es por eso que no
tenemos que confiarnos de haber retenido los datos suficientes para la
identificación.
El síndrome producido por esta especie mortal es conocido como «de
latencia larga», lo que indica que los síntomas y efectos de esta
intoxicación se manifiestan diferidos en el tiempo, entre 5 y 12 horas después
de haber consumido el hongo. Además, es frecuente que, luego de los primeros
síntomas de malestar gastrointestinal, se produzca un alivio temporal. Esta
mejoría no debe confundirse con una remisión del síndrome, ya que luego de
algunas horas, los síntomas vuelven y el daño hepático suele ser irreversible.
En muchos de los casos, el diagnóstico tardío hace que el trasplante de hígado
sea la única solución. Por eso recomendamos que ante cualquier sospecha de
haber ingerido un hongo venenoso, se busque ayuda médica inmediata.
Finalmente, queremos llamar la atención sobre las indicaciones para
distinguir a un hongo venenoso de uno que no lo es. Todas estas recetas son falsas,
o tienen un alcance limitado a cierta región. Sólo la identificación certera a
nivel de especie puede indicarnos si se trata de un hongo comestible o no. En
las redes sociales hemos observado muchos mitos que constituyen un gran
peligro. Uno de los errores más difundidos en nuestro país, es que «todo
lo que crece bajo los pinos es comestible». En particular Amanita phalloides, el hongo más mortal
que conocemos, puede ser encontrado en diversas provincias de nuestro país bajo
pinos y muchas otras especies arbóreas.
Resaltamos que los hongos presentes en la Argentina no son venenosos al tacto y que sólo al ingerirlos pueden causar daño. Por esto, alentamos al contacto con la naturaleza y a todas las actividades que nos permitan disfrutar de ella de manera responsable, sin dañarla, y sin exponernos a peligros innecesarios.
Texto: Laboratorio de Micología del IMBIV-CONICET-UNC Fotos: Dr. Carlos Urcelay (IMBIV-CONICET-UNC)
La diversidad de relaciones entre especies vegetales y animales que viven en los ecosistemas es parte de lo que llamamos comúnmente “biodiversidad”. Dentro de estas relaciones es importante considerar aquellas entre las sociedades humanas y la naturaleza, ya que son las que actualmente más influyen sobre la situación ambiental del planeta. Para reducir la pérdida actual de biodiversidad, este nuevo estudio remarca la necesidad de un mejor conocimiento, identificando vacíos del conocimiento sobre la gobernanza ambiental y las conexiones entre los sistemas sociales y ecológicos. Nota completa en: https://www.conicet.gov.ar/identifican-los-vacios-de-conocimientos-en-torno-a-los-estudios-de-biodiversidad/
Basada en un trabajo en el que participaron investigadores de nuestra institución, “Una cordobesa en vías de extinción” es una nota que nos va a ayudar a comprender la complejidad reproductiva de una de las plantas mas emblemáticas de la Provincia de Córdoba y el modo en que es polinizada, marcando un paso adelante en lo que podría convertirse en un potencial desarrollo de cultivos de esta hierba serrana, así como para el diseño de nuevas técnicas que permitan que las poblaciones silvestres puedan recuperarse.
En caso que decidan reproducir esta nota o alguno de sus contenidos y/o imágenes, pueden hacerlo de forma libre con la única condición de citar a los autores del material utilizado.
Un estudio realizado por Lucas M. Carbone, Julia Tavella, y Ramiro Aguilar (IMBIV, CONICET-UNC) y Juli G. Pausas (CIDE, CSIC) ha comenzado a abrir el camino para comprender si los incendios forestales y su variabilidad en el tiempo y en el espacio son importantes en determinar la respuesta de los polinizadores a los cambios en el ambiente, así como también de las plantas y otros animales que dependan de ellos. La nota que describe este trabajo puede ser bajada en formato PDF en: https://bit.ly/2mKxWGo
Muchos siglos atrás, los filósofos de la antigua Grecia explicaban
los patrones de la naturaleza a partir de cuatro elementos básicos: el agua, el
aire, el fuego y la tierra. Hoy, casi dos mil quinientos años más tarde, los
científicos -herederos de aquellos sabios filósofos- continúan estudiando la
relación entre esos mismos cuatro elementos y de qué manera son capaces de
modificar a la naturaleza.
La Provincia de Córdoba es uno de los lugares ideales para este
tipo de estudios, ya que la interacción entre esos cuatro elementos, sumado a
la mano del hombre, ha producido en los últimos años transformaciones drásticas
en el paisaje y en la biodiversidad de la región. Y uno de esos elementos, el
fuego, ha sido un protagonista central en todos esos cambios.
En nuestro país, no son muchos los estudios que demuestren el
efecto de los frecuentes incendios forestales en los ecosistemas, sobre todo en
la región de bosques secos subtropicales, como los que existen en el noroeste
de Córdoba. Un reciente trabajo en colaboración entre investigadores del
Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV-CONICET-UNC) y del
Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales
(IANIGLA-CONICET-UNCuyo), ha iluminado el camino para comprender cómo el fuego
es capaz de moldear a la naturaleza a lo largo del tiempo.
Este trabajo, que estudió la influencia de los incendios sobre la
diversidad vegetal y el suelo, fue realizado en una región de bosques secos
subtropicales que se encuentra muy cerca de la ciudad de Carlos Paz, un centro
turístico a pocos kilómetros de la capital de la Provincia de Córdoba.
En este caso la mano del hombre, a diferencia de todas las
críticas que recibe sobre su mal manejo de la naturaleza, fue una gran aliada a
la hora de comparar los efectos que produce el fuego en la naturaleza: la
región seleccionada para esta investigación se encuentra separada en dos partes
por la autopista que une la ciudad de Córdoba con Carlos Paz. Esta división
artificial, existente desde 1971, contribuyó ampliamente para que ambas
secciones sufrieran de manera diferencial la acción del fuego.
Antes que nada, es bueno precisar cómo puede conocerse la historia de los incendios en una determinada área, sobre todo cuando son regiones alejadas de centros urbanos y por lo tanto no hay registros oficiales de este tipo de eventos, ya sea que se originen de forma natural (por ejemplo, durante tormentas eléctricas) o artificial (debido a la negligencia humana). La mayoría de los árboles poseen la capacidad de “grabar” su historia en los anillos internos que forman parte de sus troncos. Debido a que el crecimiento de muchas plantas leñosas es típicamente estacional (por lo general aumenta en verano, cuando las condiciones son más cálidas y lluviosas, mientras que se detiene en invierno, cuando el clima es más frío y seco), ese desarrollo queda marcado en forma de anillos concéntricos bien diferenciados, correspondiendo cada uno a un año de la vida de ese árbol. Contando la cantidad de anillos que posee el tronco de un árbol (para lo cual no hace falta cortarlo, sino simplemente tomar una sección muy pequeña con una herramienta similar a un sacabocados), puede saberse su edad exacta. Pero también pueden “leerse” fenómenos que pudieron afectar su crecimiento y que dejaron cicatrices en el anillo del año en el que, por ejemplo, hubo una gran sequía o un incendio.
Hablamos de una “historia ambiental” que queda impresa en los
anillos de crecimiento de los árboles.
A través de este tipo de estudios, los investigadores de este
trabajo lograron conocer con gran precisión los años en que cada sitio estudiado
sufrió grandes incendios, utilizando como modelo a uno de los árboles más
emblemáticos y resistentes de la zona, el molle (Lithraea molleoides).
Estos
árboles del centro del país son verdaderos “archivos naturales” que nos
permiten entender los cambios ambientales pasados. De esta manera también
lograron determinar que la periodicidad de los incendios fue muy diferente a
ambos lados de la autopista. En la zona sur, cuyo aspecto recuerda mucho al de
una sabana, descubrieron una alta incidencia de fuego en el pasado (al menos 10
incendios en los últimos 80 años), mientras que en la zona norte, más boscosa,
se registraron muy pocos incendios en el mismo período de tiempo (entre 1933 y
2015). Este resultado les permitió comparar otros parámetros para comprender
cuan influyente es la acción del fuego en la diversidad de la vegetación y en
la calidad del suelo.
En primer lugar, se estudiaron los diferentes tipos de plantas que
abundaban en ambas zonas, encontrándose una variabilidad bastante extrema.
Mientras que la zona de baja frecuencia de incendios poseía una gran cantidad
de árboles y plantas trepadoras, en la región que sufrió más eventos de este
tipo se registró una mayor biodiversidad, pero con abundancia de arbustos,
hierbas y pastos. En este último caso, el más abundante resultó ser el “pasto
rosado” (Melinis repens), una especie
exótica originaria de África y que es considerada una maleza nociva en varias
partes del mundo en donde fue introducida.
Los estudios de suelo también mostraron cambios radicales entre
ambas zonas. Si bien la cantidad de materia orgánica y los nutrientes del suelo
parecían conservarse entre ambos sectores separados por la autopista, se
registró una menor profundidad del suelo en el sector con más incendios,
probablemente originada por la pérdida de cobertura vegetal y el alto grado de
erosión a que esa zona fue sometida luego de cada incendio. Esta pérdida de
suelo conlleva a una menor
disponibilidad de nutrientes y agua, permitiendo que en esa zona crezcan
aquellas plantas más resistentes a condiciones extremas, como el citado pasto
rosado.
Si bien en la zona de alta incidencia de incendios también se pueden encontrar molles (aunque en un número mucho más bajo, como se ve en la foto de abajo a la izquierda), su capacidad de crecimiento se encontró muy afectada por el continuo efecto del fuego, demostrando que este tipo de fenómenos periódicos afecta de manera notable la productividad del bosque. Por otro lado, la abundancia de pasto rosado, que se adapta mucho mejor que otras especies a la pérdida de suelo, contribuiría en gran parte a que estos sucesos sean cada vez más frecuentes, ya que este tipo de plantas son altamente inflamables.
Todos estos resultados demuestran que una alta frecuencia de
incendios en este tipo de bosques conduce a cambios drásticos en la abundancia
vegetal, junto con una reducción en la profundidad del suelo debido a un mayor
grado de erosión. Si este tipo de fenómenos persisten, es muy probable que la
frecuencia de los incendios siga aumentando, y continuaría perdiéndose suelo
hasta llegar a condiciones críticas que no permitan el desarrollo de la
vegetación. Estos resultados no hacen más que demostrar que es necesario llevar
a cabo acciones urgentes de restauración del bosque seco subtropical, tratando
de evitar el inicio del fuego (particularmente el asociado con acciones del
hombre) y disminuyendo el avance de especies exóticas como el pasto rosado.
Comprender los efectos del fuego en la naturaleza es esencial para conservar la
biodiversidad y plantear tareas de restauración, como así también para evaluar el
desarrollo de actividades como la agricultura, la ganadería y el turismo.
Por: Dr. Alberto Díaz Añel
(IMBIV-CONICET-UNC)
Colaboración: Dr. Esteban
Kowaljow y Dr. Diego Gurvich (IMBIV-CONICET-UNC), y Dr. Mariano Morales
(IANIGLA-CONICET)
Publicación citada: “A 55‐year‐old natural experiment gives evidence of the effects of changes in fire frequency on ecosystem properties in a seasonal subtropical dry forest” (2018). Kowaljow, E., Morales, M.S., Whitworth‐Hulse, J.I., Zeballos, S.R., Giorgis, M.A., Rodríguez Catón, M. & Gurvich, D.E. Land Degradation and Development 30(3): 266-277.
Investigadores del CONICET participan de proyectos para el mejoramiento genético de Arachis hypogaea, combinando especies silvestres y razas antiguas inmunes a la enfermedad que provoca pérdidas de hasta el 40 por ciento en Argentina.
Un estudio sobre la conservación del bosque seco del Chaco de Argentina, publicado por miembros de nuestro Instituto y colaboradores en la Revista Ecosistemas de la Asociación Española de Ecología Terrestre, evidencia por primera vez que las zonas menos modificadas por el ser humano cuyas especies vegetales conservan una mayor diversidad funcional, son capaces de proveer a la población local de un mayor número de servicios esenciales y por más tiempo, que aquellas zonas que son o han sido intensamente usadas.
Los invitamos a asistir a un evento que organizamos desde el IMBIV, cuyo eje será el intercambio de conocimientos y saberes entre expertos en ecología y producción de alimentos, con el objetivo de debatir sobre los modelos de producción alternativos al tradicional: ¿mejor la agroecología o la intensificación sustentable? ¿o quizás un poquito de cada una? ¿son paradigmas irreconciliables?
El mismo tendrá una estructura informal tipo conversatorio, donde cuatro expertos con visiones diferentes sobre la producción de alimentos expondrán sus ideas respecto a las problemáticas ambientales actuales y sus posibles soluciones.
¿Cuándo? El jueves 6 de junio del 2019, desde las 9:00 hs hasta las 13:00 hs (arrancamos puntual). ¿Dónde? En el Aula O de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC (acá la ubicación de la FCE https://bit.ly/2VTNcBg; y en la imagen adjunta la localización del Aula O). ¿Cuesta algo? Para estudiantes de grado y posgrado es gratis, los profesores e investigadores deben abonar $100 (se les enviará un e-mail con los datos para hacer una transferencia bancaria). IMPORTANTE: Para poder asistir al evento hay que inscribirse en el siguiente formulario: https://bit.ly/2WY9ZYO
Esperamos poder encontrarles en este hermoso evento y les vamos a agradecer muchísimo la difusión.
Desde el Museo Botánico de Córdoba, les invitamos a participar del Día de la Fascinación por las Plantas el viernes 17 de mayo de 9:00 a 13:00 hs. La propuesta busca trasmitir el entusiasmo y la fascinación por las plantas y concientizar sobre su importancia en nuestra vida. ¡Los esperamos! ¡FASCINATE EN EL MUSEO BOTÁNICO! Vélez Sarsfield 249, piso 1. Córdoba.
Te invitamos a fascinarte con nuestras plantas nativas a través de un recorrido por nuestras exposiciones. Además, te mostraremos cómo trabajamos en el herbario, que conserva 500 mil ejemplares de plantas desde hace 150 años.
Se dispone de cuatro turnos: 9:00, 10:00, 11:00, 12:00 hs.
Destinado a: escuelas primarias, secundarias y público general, en grupos de 30 personas (máximo).
Los invitamos a conocer el fantástico mundo de los hongos en el Jardín Botánico de Córdoba, Francisco Yunyent 5491, este domingo 31 de marzo de 9:00 a 13:00. Habrá actividades para todas las edades. ¡Los esperamos!
Dr. Rocío Deanna Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC); Facultad de Ciencias Químicas, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. https://rociodeanna.weebly.com
Por cuarto año consecutivo, la Dra. Sandra Díaz fue mencionada como una de las mentes más influyentes del mundo, y se encuentra dentro de un grupo de elite que representa al 1% de científicos más citados y referidos del planeta dentro de su especialidad. Este ranking fue elaborado en base a los resultados arrojados por la plataforma Web of Science,de la compañía internacional Clarivate Analytics, que recoge las referencias de las principales publicaciones científicas.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores… Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende.
Este es el primer episodio de una historia de aviones, gatos, (posibles) espías, energía atómica en botellas de leche, equívocos, genios y dudas. Una historia en la que existen los rayos delta, los cascos para pensar, y sobre todas las cosas, la racionalidad científica.
Una historia de ciencia y de ficción.
O de ciencia ficción.
Un fracaso que posibilitó algo inimaginable.
Manuel A. Fernandez nació en Buenos Aires en 1976. Participó de talleres y clínicas con Gabriel Valansi, Rosana Schoijett, Juan Travnik, Fabiana Barreda, y Diana Aisenberg. Expuso en muestras colectivas e individuales, entre las que se destacan: “Pasado Mañana” (Casa Florida, 2013), “Estructuras” (M.A.R.Q. 2013) “Ya casi es mañana” (Quimera 2016, Museo Dionisi 2017) y “Una posibilidad entre dos mundos (Quimera, 2018). En 2014 participó de la residencia Nido Errante. Recibió distinciones en los concursos de Metrovias, Lebensohn, Museo Caraffa, Fundación Klemm, Banco Nación, Arte X Arte y en el Premio RFI-Radio Cultura al fomento de las artes. En el año 2014 obtuvo el primer premio de fotografía en el Salón Nacional de Artes Visuales.
Agustina Triquell (Córdoba, 1983) es, de formación, fotógrafa y doctora en ciencias sociales. Producto de esta combinación, su obra gira en torno a las relaciones entre historia, memoria y política; articulando la investigación poética y la producción fotográfica contemporánea. Desde 2013 coordina junto a Estrella Herrera el proyecto estético relacional NidoErrante y desde 2015 el proyecto editorial Asunción Casa Editora junto a Alejandra González. Vive en Buenos Aires y vuelve a Córdoba cada verano.
La Máquina del Tiempo: testimonios de nuestra historia natural.
Un viaje en la máquina del tiempo explorando los museos para resolver incógnitas y descubrir tesoros como grandes animales del pasado, minerales preciosos, plantas de los dioses y animales de nuestras tierras.
21 a 23 hs.
Memorias del Monte.
A partir de relatos y cuentos del monte, las artistas plásticas Mercedes Machado y Evangelina Indarte te invitan a registrar tus memorias sobre telas e intervenir colectivamente la muestra Ventana al Monte.
20 y 22 hs. Duración: 45 min.
Wamani, urdimbre de diversidad.
Coplas, relatos, improvisaciones, poesía y cantes brotados de la Pachamama, de la mano del artista Remo Leaño desde Xuxuy.
21, 23, 00, 01 hs. Duración: 20 min.
Bestias imaginarias, plantas secretas y rocas que tal vez existen.
Proponemos hacer algunas preguntas filosóficas -algunas bastante alocadas- para imaginar colectivamente monstruos y seres abominables, algas maravillosas o meteoritos que hablan. Quizá, con algo de suerte, ¡podamos darles vida por un rato!