Contaminantes encontrados en la abeja de la miel y en diferentes productos de sus colmenas para distintas regiones de Argentina

Argentina es un destacado productor de miel y las abejas son fundamentales para los servicios de polinización de muchos cultivos (Figura 1), lo que asegura la reproducción de numerosas especies de plantas silvestres.

Figura 1. La abeja de la miel visitando flores en un cultivo de girasol en busca de recursos para llevar a la colmena, lo que aumenta la polinización del girasol y los rindes de este y de muchos otros cultivos que interaccionan con polinizadores.

La producción de cultivos en grandes extensiones del territorio, como ocurre en Argentina, requiere de la utilización de una gran cantidad de agroquímicos, lo que representa un riesgo ambiental para las abejas y para todos los organismos que viven en los socio-agroecosistemas, incluidos los humanos.

Las abejas visitan las flores en busca de néctar y/o polen (Figura 2) que luego llevan a la colmena para ser almacenados en distintas celdas que le permiten completar su ciclo biológico. El néctar de las flores es acumulado en grandes cantidades y concentrado en la colmena, convirtiéndose en miel que luego los humanos cosechamos y consumimos.

Figura 2. Un individuo de la abeja de la miel colectando néctar de flores de girasol en donde se observa cómo el polen se le adhiere a su cuerpo, el que luego puede alcanzar el estigma generando la polinización, seguida de la fertilización y la maduración de frutos y semillas.

En un trabajo recientemente publicado, en el que participaron integrantes del IMBIV y colegas de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se investigó la presencia del insecticida clorpirifos y de otros contaminantes como pesticidas organoclorados, bifenilos y éteres de difenilo polibromados en muestras de abejas, pan de abejas (alimento básico de las abejas adultas y sus larvas, compuesto por miel, polen y enzimas), cera y miel colectadas en apiarios de tres regiones de Argentina (Córdoba, Buenos Aires y Río Negro) y durante dos estaciones del año (primavera y otoño).

Teniendo en cuenta que la mayor actividad de visitas a las flores de la abeja melífera ocurre durante la primavera y el verano, y que las colmenas están ubicadas en entornos agrícolas que pueden tener cultivos florecidos en ese periodo, existe una mayor probabilidad de que los pesticidas agrícolas se transporten a la colmena durante ese periodo, donde pueden ser almacenados en diferentes matrices como miel, cera y pan de abeja. Esto además implica que se deberían encontrar los contaminantes en distintos lugares de la colmena y que todos los miembros de la colonia (adultos y larvas) están expuestos a ellos, lo que podría representar una amenaza para la salud de las colmenas y, en consecuencia, para la calidad de los servicios de polinización y la calidad de la miel que luego se consume. Se han encontrado contaminantes en las abejas melíferas y en los distintos productos de las colmenas analizados para las diferentes regiones de Argentina y en ambas estaciones del año (Figura 3). Se detectó clorpirifos en todas las muestras, con niveles más altos durante la primavera en comparación con el otoño, acumulándose notablemente en muestras de cera de la colmena tanto el clorpirifos como los OCPs. Entre los compuestos industriales, predominaron los congéneres de PCB más ligeros, lo que sugiere la importancia del transporte atmosférico para llegar hasta regiones donde se encuentran los apiarios. La distribución espacio-temporal de los pesticidas dentro de Argentina muestra una congruencia con las características ambientales de las áreas donde se ubican los campos, es decir, cómo se ha dado el cambio en el uso del suelo y el tipo de actividades productivas, las que incluyen la utilización de muchos agroquímicos y en gran cantidad, y de las condiciones climáticas que dispersan los contaminantes industriales hasta regiones alejadas desde donde se localizan las plantas industriales.

Figura 3. Contaminantes industriales y agrícolas encontrados en las colmenas de abejas de la miel para apiarios ubicados en Buenos Aires (BA), Río Negro (RN) y Córdoba (CBA), en muestreos realizados en primavera (P) y otoño (O).  En el eje y se muestra la concentración de los compuestos expresada en nanogramos del contaminante por gramo de muestra (ng/g).

A partir de estos resultados se recomienda un monitoreo sostenido de diferentes contaminantes en las matrices apícolas para caracterizar los riesgos químicos, evaluar el estado de salud de las colmenas de abejas y los niveles de contaminación de los diferentes agroecosistemas. Este conocimiento sentará un precedente para América del Sur y será útil para acciones enfocadas en la conservación de los servicios de polinización, la apicultura y los ecosistemas en Argentina.

Al mismo tiempo, la amplia gama de acción y sensibilidad de las abejas melíferas a los contaminantes, combinada con su capacidad de transportarlos a la colmena, permite que las abejas puedan ser utilizadas como un buen biomonitor de la contaminación ambiental, permitiendo anticiparnos a los potenciales daños para distintos grupos de organismos y para la salud humana.

Las principales conclusiones de este estudio son:

  1. La presencia generalizada (en tres provincias de Argentina y en distintos momentos del año) de residuos de pesticidas organoclorados, clorpirifos y compuestos industriales en las abejas, la miel, la cera y el pan de abejas.
  2. Las actividades agrícolas y urbanas/industriales impactan sobre las abejas y la miel.
  3. Durante el periodo de aplicación de plaguicidas en la agricultura se acumulan más cantidad de compuestos en la colmena que en un periodo posterior.
  4. El transporte atmosférico parece ser un importante agente de dispersión de compuestos urbano-industriales.

Argentina está ubicada entre los cinco principales productores de miel del mundo y los servicios de polinización para la agricultura con cultivos dependientes de los polinizadores resultan cada vez más necesarios de cuidar y potenciar para garantizar la soberanía alimentaria. En consecuencia, es altamente recomendable sostener un monitoreo continuo de una amplia gama de contaminantes en colmenas de diferentes regiones de Argentina. Esta información será crucial para enfrentar esta grave amenaza que está afectando a los apiarios que habitan en socio-agroecosistemas impactados por contaminantes, junto a otras muchas especies de abejas nativas, pudiendo ser utilizada como punto de partida para otros estudios y acciones de mitigación de la contaminación ambiental.

Autor: Leonardo Galetto

Referencia

Agustina Villalba, Franco Cecchetto, Nicolas D. Vazquez, Leonardo Amarilla, Cristina L. Ramirez, Leonardo Galetto, Matías Maggi, Karina S.B. Miglioranza (2024). Contaminant dynamics in honeybees and hive products of apiaries from environmentally contrasting Argentinean regions, Environmental Research, Volume 249, 118306, ISSN 0013-9351, https://doi.org/10.1016/j.envres.2024.118306.

Glosario

Clorpirifos: Insecticida organofosforado altamente tóxico. Fue prohibido en Argentina en junio de 2023.

Pesticidas organoclorados (OCP): sustancias que tienen una toxicidad relativamente aguda, se acumulan en el tejido adiposo con efectos adversos a largo plazo sobre los seres vivos, incluyendo al ser humano.

Bifenilos policlorados (PCB): son contaminantes orgánicos muy tóxicos para los organismos vivos y que por sus propiedades físicas se utilizaron ampliamente en la industria, no son biodegradables y se acumulan en el ambiente, se transfieren dentro de la cadena alimenticia y tienden a concentrarse a medida que unos organismos consumen a otros.

Éteres de difenilo polibromados (PBDE): un grupo específico de contaminantes emergentes que se caracterizan por ser lipofílicos, bioacumulables y resistentes a la biodegradación, ampliamente utilizado por distintas industrias.