Los bosques tropicales del continente americano albergan una biodiversidad inigualable y desempeñan un papel clave en el equilibrio ecológico del planeta. Son el hogar de millones de especies, muchas de ellas aún desconocidas para la ciencia, y regulan procesos esenciales como la captura de carbono y la producción de oxígeno. Sin embargo, un estudio reciente revela que estos bosques están cambiando demasiado lentamente como para adaptarse al ritmo acelerado del cambio climático. Esto podría aumentar su vulnerabilidad y alterar de manera irreversible su composición y funciones ecológicas.
Un clima que cambia rápido, bosques que responden lento
La investigación, publicada en la revista Science y de la que participó la investigadora Sandra Díaz del IMBIV, CONICET-UNC, analizó datos de más de 415 parcelas forestales monitoreadas durante 40 años en bosques tropicales desde México hasta Brasil. Los científicos evaluaron la respuesta de estos ecosistemas a un clima cada vez más cálido y seco, caracterizado por un aumento en la temperatura promedio y una reducción en las precipitaciones.
El estudio encontró que, aunque algunas comunidades de árboles están cambiando incrementando la abundancia de sus especies con rasgos adaptativos como hojas más pequeñas y mayor capacidad fotosintética estos cambios son insuficientes para seguir el ritmo del calentamiento global. En términos simples, los bosques no están evolucionando lo suficientemente rápido para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. Se detectó que la mayoría de los rasgos funcionales de los bosques están cambiando a menos del 8% de la velocidad esperada para acompasarse con las modificaciones climáticas.
Los árboles más afectados son aquellos que no pueden resistir las sequías prolongadas y el aumento de la temperatura. Mientras que algunos logran sobrevivir gracias a características como una mayor eficiencia en el uso del agua o raíces más profundas, muchas especies no tienen la capacidad de adaptarse y mueren. Esto altera la estructura del bosque y puede afectar a otras especies que dependen de estos árboles para su supervivencia.

A lo largo del tiempo, puede haber cambios en la composición de rasgos de la comunidad debido al crecimiento de los individuos arbóreos supervivientes (ensamblajes de supervivientes), dado el aumento de su área basal (arriba a la derecha). Otros mecanismos que modifican la composición de rasgos de la comunidad a lo largo del tiempo son el reclutamiento (ensamblajes de reclutas) de nuevos individuos (centro a la derecha) y la muerte (ensamblajes de fatalidades) de individuos en la comunidad (abajo a la derecha). Cuantificar estas dinámicas comunitarias es crucial para comprender cómo los bosques tropicales se adaptan y siguen el cambio climático.
Los ensamblajes de supervivientes consisten en árboles con rasgos potencialmente adecuados a las condiciones climáticas existentes, lo que facilita el seguimiento climático progresivo. Por el contrario, los ensamblajes de reclutas están compuestos por individuos con rasgos potencialmente mejor adaptados a las condiciones climáticas emergentes, lo que mejora su capacidad para prosperar en nuevas condiciones ambientales. Por el contrario, los ensamblajes de fatalidades representan individuos con rasgos menos resilientes, lo que les impide adaptarse a los cambios climáticos. Los análisis del estudio revelan que los ensamblajes de supervivientes siguen los cambios climáticos a una tasa inferior al 8 % de la esperada, dados los cambios climáticos actuales. Los ensamblajes de reclutas muestran una tasa de seguimiento mayor, aproximadamente un 22 % de la esperada. Sin embargo, los ensamblajes de fatalidades, por definición, no siguen el clima porque están compuestos por individuos que ya han perecido, probablemente debido a su adaptación inadecuada a las condiciones climáticas cambiantes.
Bosques de tierras bajas vs. bosques de montaña
El estudio también reveló diferencias importantes entre bosques de tierras bajas y bosques de montaña. Mientras que los primeros presentan cambios más pronunciados en la composición de especies y en los rasgos de las nuevas generaciones de árboles, los bosques de montaña muestran respuestas más lentas. Esto podría deberse a la dificultad de desplazamiento de las especies en terrenos empinados y a las variaciones climáticas locales que afectan la disponibilidad de nutrientes y agua.
Los bosques de montaña, aunque en principio podrían ofrecer refugio a especies que buscan temperaturas más frescas a medida que el clima se calienta, no necesariamente están experimentando una recolonización efectiva. Las especies no logran migrar con la rapidez suficiente, lo que pone en peligro su permanencia a largo plazo.
El futuro de los bosques tropicales
La lenta respuesta de los bosques tropicales al cambio climático podría tener consecuencias graves. Si las especies de árboles no pueden adaptarse a tiempo, podría reducirse su capacidad de capturar carbono y mantener la biodiversidad. Esto, a su vez, afectaría a los ecosistemas y a las comunidades humanas que dependen de ellos para obtener alimentos, medicinas y otros recursos esenciales.
Los investigadores enfatizan la necesidad de implementar estrategias de conservación más efectivas para ayudar a los bosques a enfrentar este desafío. Acciones como la protección de corredores biológicos y la restauración de áreas degradadas podrían facilitar la adaptación de las especies a nuevas condiciones climáticas. Además, es fundamental reducir la deforestación y promover políticas de reforestación con especies nativas que tengan mayor capacidad de resistir el cambio climático.
Este estudio nos recuerda la urgencia de mitigar el cambio climático y preservar nuestros bosques tropicales, no solo por su enorme valor ecológico, sino también por su papel crucial en el futuro de nuestro planeta. La protección de estos ecosistemas es una responsabilidad compartida que requiere acción inmediata.
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