Una nueva investigación sobre las causas de la devastadora crisis mundial de la biodiversidad ha descubierto que la principal causa es la conversión de bosques y praderas naturales en zonas de agricultura y ganadería intensivas. Los siguientes impulsores más importantes son la explotación de la vida silvestre a través de la pesca, la tala, el comercio y la caza, y luego la contaminación.
Si bien el cambio climático ha atraído la atención por sus consecuencias catastróficas para el mundo natural, es solo el cuarto mayor impulsor de la pérdida de biodiversidad en la tierra, seguido por las especies exóticas invasoras en el quinto lugar. Este importante nuevo estudio, publicado durante la cumbre climática COP27, demuestra claramente que abordar el calentamiento global por sí solo no será suficiente para detener la catastrófica disminución de la biodiversidad mundial y, con ella, nuestro futuro.
Se ha sabido durante décadas que los gases de efecto invernadero son la principal causa de la crisis climática, pero igual de importante es comprender qué hay detrás de la enorme y rápida disminución de las especies. Un millón de especies de animales y plantas están en peligro de extinción, mientras que los ecosistemas de todo el mundo se están alejando de su condición natural, lo que significa que es menos probable que satisfagan las necesidades de la humanidad.
El profesor Andy Purvis, líder en investigación de la biodiversidad en el Museo de Historia Natural de Londres, es coautor de este nuevo estudio publicado en Science Advances. Él dice: “¡La crisis de la biodiversidad debe tomarse en serio! Además de las cosas que extraemos, como los combustibles fósiles, todas nuestras cadenas de suministro comienzan en sistemas ecológicos. Todos dependemos absolutamente de que estos sistemas continúen funcionando de manera confiable. Todavía no hay suficiente reconocimiento de que las economías no pueden crecer de manera sostenible si se degrada la naturaleza”.
Los autores del estudio, dirigidos por el Dr. Pedro Jaureguiberry del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV-CONICET-UNC) en Argentina, y el Dr. Nicolás Titeux del Instituto de Ciencia y Tecnología de Luxemburgo, encontraron que el cambio climático, aunque solo ocupaba el cuarto lugar en tierra, se ubicaba en el segundo lugar en términos de destrucción de la biodiversidad oceánica. Los océanos tienen una clasificación diferente a la de la tierra y el agua dulce, con la explotación directa, principalmente de la pesca, en primer lugar.
Si bien para los entornos terrestres el cambio climático fue solo el cuarto factor más importante, los autores del estudio sospechan que ascenderá en la clasificación a medida que el efecto total de la crisis se haga más evidente en los próximos años y décadas.
Necesidad de soluciones basadas en la naturaleza
Este importante estudio debería cambiar las reglas del juego para comprender cómo abordar la pérdida de biodiversidad. El Dr. Pedro Jaureguiberry dice: “Nuestro estudio aporta información exhaustiva y rigurosa sobre qué impulsores causan el mayor daño a la biodiversidad en múltiples niveles, desde regiones y reinos hasta las diferentes facetas de la biodiversidad, destacando la importancia de cada impulsor en contextos particulares. Con suerte, esto contribuirá a un enfoque más holístico para generar políticas más eficientes que permitan revertir la pérdida de biodiversidad”.
En particular, la investigación demuestra la necesidad de un enfoque más holístico que aborde las amenazas del clima y la crisis de la biodiversidad juntas. El Dr. Nicolas Titeux señala que «los acuerdos globales actuales, como el Convenio sobre la Diversidad Biológica y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, pueden centrarse demasiado en un solo factor, pasando por alto o, en el peor de los casos, socavando las soluciones para los demás».
El profesor Andy Purvis explica: “El cambio climático y la pérdida de biodiversidad se han abordado en gran medida por separado, mediante diferentes políticas que no siempre han considerado el otro problema. Por ejemplo, los biocombustibles se proponen como una forma de llegar a cero emisiones de carbono, pero la expansión de las plantaciones sobre los bosques naturales que podrían resultar sería terrible para la naturaleza”.
El documento destaca algunas de las soluciones «positivas para la naturaleza» que abordan tanto el cambio climático como la pérdida de biodiversidad, como la restauración a gran escala de los bosques naturales y la protección eficaz de los humedales costeros.
El profesor Andy Purvis dice: «Me encantaría que ‘naturaleza positiva’ entrara en la conciencia pública tanto como lo ha hecho ‘cero emisiones». Si las generaciones futuras van a tener el mismo derecho de nacimiento que nosotros tuvimos de un planeta habitable y solidario, entonces todas las partes de la sociedad tendrán que hacer la transición lo más rápido posible para ser tanto cero emisiones como naturaleza positiva”.
Pueden acceder a la publicación de Science Advances en el siguiente enlace.