Techos verdes: una solución para alcanzar una mayor eficiencia energética, conservar la biodiversidad y brindar mayor cantidad de servicios ecosistémicos

Desde hace varios años, un equipo transdisciplinario viene trabajando para desarrollar opciones eficientes en cubiertas naturadas sobre construcciones urbanas (más conocidas como “techos verdes”), las cuales permiten mejorar la eficiencia en el uso de la energía para refrigerar los ambientes edilicios durante el período primavera-verano o calefaccionar los mismos durante el otoño-invierno.

El mencionado equipo está integrado por investigadores que pertenecen a distintos institutos del CONICET Córdoba, como el Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales y Sustentabilidad (IRNASUS-CONICET-UCC), Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV-CONICET-UNC), del CONICET Mendoza (Instituto de Ambiente, Hábitat y Energía, INAHE-CONICET), y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), quienes han aunado esfuerzos para desarrollar germoplasma nativo que sea capaz de sobrevivir en las condiciones ambientales extremas que se desarrollan en los techos de las construcciones urbanas y periurbanas de la región central de Argentina, con el objetivo de promover la máxima biodiversidad posible en esos ambientes urbanos y así medir y valorar los servicios ecosistémicos que estas cubiertas naturadas pueden brindar a la sociedad, además de cuantificar el ahorro energético de estas estructuras constructivas.

Los techos verdes constituyen una moderna tecnología de construcción y son energéticamente eficientes, lo que permite mitigar muchos de los problemas causados ​​por la urbanización, incluyendo la reducción de impactos por lluvias torrenciales, la regulación térmica, la reducción del ruido y la contaminación del aire, el aumento de la longevidad de las membranas aislantes en los techos, y el aumento de conectividad de hábitat para la biodiversidad nativa. Estas estructuras naturadas brindan valor agregado a la construcción, por lo que ha aumentado su empleo en el campo de la arquitectura bioclimática, reemplazando los materiales tradicionales de construcción.

En los últimos meses se han publicado dos trabajos sobre estos temas con experimentos realizados en la ciudad de Córdoba, la cual está ubicada en una región semiárida. El primero de ellos analiza y valora distintos atributos de la biodiversidad en techos verdes (Natalia Cáceres y col. 2022. Analysis of biodiversity attributes for extensive vegetated roofs in a semiarid region of central Argentina. Ecological Engineering, 178, 106602). En ese trabajo los investigadores se propusieron caracterizar grupos funcionales de ocho especies de plantas nativas con diferentes formas de vida (suculentas, hierbas rastreras, hierbas altas y pastos) para evaluar su desempeño (Figura 1). Para ello se midió la supervivencia y su capacidad de cobertura sobre el sustrato, y además se analizó comparativamente si los atributos de la biodiversidad variaban entre tratamientos (22 microcosmos), ya sea cuando se pusieran las especies en parcelas de monocultivos o en parcelas combinando algunas de ellas (Figura 2). El objetivo subyacente de este trabajo es evaluar comparativamente todos los tratamientos experimentales durante un año para seleccionar aquellos de mejor desempeño y así poder realizar recomendaciones que puedan ser implementadas en regiones urbanas semiáridas.

Figura 1: cubierta naturada con distintas combinaciones de especies de plantas, al lado de otra habitación con techo convencional y membrana aislante blanca (Fuente: Cáceres y col. 2022)

Varios tratamientos mostraron valores muy altos de cobertura y supervivencia, aunque los recomendados son aquellos que tienen varias especies, ya que combinan distintos atributos de la biodiversidad, y porque además brindan más servicios ecosistémicos y mayores posibilidades de supervivencia y complementariedad fenológica en el largo plazo. Los techos verdes con plantas nativas permiten moderar los efectos de la urbanización, como el exceso de temperatura, y aportan tanto para la conservación de biodiversidad como para moderar los impactos del cambio climático global.

Figura 2: esquema de los 22 microcosmos evaluados (con sus repeticiones), algunos con monocultivos y otros con combinaciones de especies y formas de vida (Fuente: Cáceres y col. 2022)

En un segundo trabajo se cuantificó el desempeño vegetativo y el ahorro energético en un techo verde ubicado en el centro de la isla de calor de la ciudad de Córdoba (Federico Robbiati y col. 2022. Vegetative and thermal performance of an extensive vegetated roof located in the urban heat island of a semiarid region. Building and Environment, 108791). Aquí se cuantificó la reducción de temperatura edilicia y se evaluó el desempeño de distintos tratamientos (microcosmos con distintas combinaciones de especies de plantas y formas de vida) durante 15 meses. Los resultados mostraron una atenuación considerable de la temperatura (casi 10 °C menos) por la presencia del techo verde, en comparación a un techo con membrana aislante convencional durante el verano. En general, lo que se observa en presencia del techo verde es una atenuación general de las variaciones de temperatura edilicia, tanto durante el día como a lo largo del año. La mayoría de las combinaciones de plantas mostraron gran supervivencia y porcentajes de cobertura sobre el sustrato luego de los 15 meses del experimento.

En resumen, los techos verdes contribuyen al desarrollo de la resiliencia urbana a diferentes escalas espacio-temporales, dependiendo de cuan frecuente sea su implementación, y también ayudan a lidiar con las futuras perturbaciones ambientales producto del cambio climático global. Además, cumplen con objetivos sociales al conservar la biodiversidad y brindar servicios ecosistémicos, como por ejemplo regular las variaciones térmicas en las construcciones, mitigar el efecto isla de calor urbana, ofrecer ambientes agradables y estéticos, retener agua de lluvia, reducir la escorrentía, mejorar de la calidad del aire, entre muchos otros.

Glosario

Germoplasma: toda parte de un ser vivo que tiene capacidad para regenerar un nuevo individuo (semillas, tubérculos, raíces, esquejes, etc.). Los bancos de germoplasma están destinados a conservar la diversidad genética de numerosas especies. (Volver al texto)

Microcosmos: sistema pequeño que representa a uno de mayor tamaño. En este caso se trata de unidades experimentales que simulan lo que ocurre en un ecosistema natural, pero en menor escala. (Volver al texto)

Fenología: estudio del efecto de las variables ambientales (por ejemplo, las estaciones) sobre diferentes eventos del ciclo de un ser vivo, que en el caso de las plantas podrían ser floración, fructificación, desarrollo, caída de hojas, etc. (Volver al texto)

Isla de calor: zonas urbanas donde se registran temperaturas más altas que en las regiones circundantes, fenómeno que se debe sobre todo a la acumulación de estructuras, como edificios, calles asfaltadas, veredas, concentración de tránsito vehicular, etc. (Volver al texto)

Escorrentía: agua de lluvia que circula libremente sobre la superficie de un terreno. (Volver al texto)