El proceso de pérdida y fragmentación del bosque nativo en Córdoba ha generado paisajes que muestran sitios con bosque aislados en medio de una matriz de cultivos. Este proceso, acentuado en toda la región Chaqueña y del Espinal, puede dificultar el movimiento de los polinizadores en el paisaje, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en el flujo de polen entre poblaciones de plantas nativas.
En un trabajo realizado por miembros del IMBIV-CONICET-UNC, publicado en Landscape Ecology, se evaluó el efecto de la pérdida de conectividad forestal en la dispersión del polen por abejas nativas solitarias, las cuales están categorizadas como muy especializadas, ya que recolectan aceites florales que utilizan durante su ciclo reproductivo. Esto, a su vez, determina su relación con algunas especies de plantas del bosque que también son consideradas especializadas, debido a que ofrecen este tipo de sustancias oleosas en las flores como recompensa a sus visitantes polinizadores. En este trabajo se tomó como modelo al chuscho (Nierembergia linariifolia, Solanaceae), una planta herbácea del bosque que requiere obligatoriamente de polinizadores para producir frutos y semillas, ya que el polen debe ser transportado entre distintas plantas por las abejas.
Para medir el flujo de polen entre distintas poblaciones de plantas distribuidas en el paisaje se utilizó una metodología que estima de modo indirecto cómo es el proceso del transporte del polen por las abejas. Por ejemplo, si se pudiera colocar un micro transmisor sobre una abeja y seguir sus movimientos en el paisaje (como se puede hacer con aves y mamíferos), se estaría midiendo el flujo de polen de manera directa. En este caso, como se trata de organismos muy pequeños, se midió de manera indirecta el flujo de polen entre plantas de N. linariifolia en un paisaje del centro de Argentina. ¿Cómo se hizo? En seis poblaciones de plantas (poblaciones de origen) se colocaron polvos fluorescentes de un determinado color como análogos de polen. Luego, en otras plantas ubicadas a distintas distancias de esa planta focal, se colectaron flores para detectar, con ayuda del microscopio, la presencia de partículas fluorescentes que hubiesen sido transportadas por las abejas. Esta búsqueda de partículas fluorescentes en flores de distintas plantas desarrollándose a distancias crecientes de la población de origen se realizó, además, comparando la deposición del análogo de polen entre poblaciones conectadas por el bosque o bien desconectadas. Se compararon estos dos tipos de poblaciones de plantas (conectadas vs desconectadas), ya que se supone que la presencia de una matriz de cultivos entre ellas puede dificultar o impedir que las abejas vuelen grandes distancias para alcanzar aquellas poblaciones que se encuentran más aisladas entre sí.
Se observó que la tasa de deposición por planta de las partículas fluorescentes fue mayor en las plantas conectadas que en las no conectadas, y a su vez disminuyó con el aumento de las distancias a la población de origen, tal como era esperado. La mayoría de los eventos de dispersión entre plantas conectadas ocurrieron en la vecindad de una población fuente. Por otro lado, se registraron eventos de dispersión de polvos fluorescentes a larga distancia (hasta a 1259 m) entre plantas ubicadas en fragmentos de bosque vecinos que se encuentran separados por una matriz agrícola.
Este estudio muestra la importancia de la conectividad del paisaje natural a través del bosque remanente en Córdoba, ya que resulta clave para mejorar el fujo de polen entre especies de plantas que requieren obligatoriamente de la polinización por abejas para producir frutos y semillas, como el caso del chuscho.
Además, el trabajo aporta evidencia novedosa sobre la dispersión del polen a través de la matriz agrícola mediada por abejas nativas solitarias. La evidencia en la literatura mundial tiene registros habituales para el movimiento de las abejas nativas solitarias de hasta unos 200 metros, pero en este trabajo se encontró que muchos eventos de dispersión de polen ocurrieron hasta unos 500 metros. Incluso, llamativamente, se registraron algunos eventos de dispersión a más de 1200 metros, los que conectaron poblaciones de plantas aisladas entre sí por la presencia de una matriz agrícola.
En resumen, la preservación de los ambientes naturales es esencial para asegurar procesos ecológicos como la polinización, a través de abejas pequeñas que siguen siendo capaces de mantener el fujo de polen entre poblaciones de plantas aisladas y así permitir la reproducción de especies nativas y la conservación de los múltiples servicios ecosistémicos asociados al bosque.
Pueden descargar el trabajo original publicado en Landscape Ecology en el siguiente enlace.