En septiembre de 2020, un incendio forestal arrasó con más de 30.000 hectáreas en las sierras de Córdoba. Esta catástrofe natural, que lamentablemente se repite con frecuencia en los ecosistemas secos del Chaco serrano, fue también una oportunidad para aprender. Si bien sabemos que en este tipo de ecosistemas semiáridos de nuestro continente las cactáceas son una familia de plantas muy importante, pocos estudios han analizado su respuesta tras los incendios forestales. En base a esto último, un grupo de especialistas del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC) se planteó las siguientes preguntas: ¿cómo responden los cactus, protagonistas del paisaje árido, ante el fuego? ¿Todos se comportan igual? Las respuestas a estas preguntas fueron publicadas en el Journal of Plant Ecology.
Para responderlas, el equipo estudió 645 ejemplares de cactus de ocho especies diferentes que crecían en la zona quemada, casi un año después del citado incendio del 2020. Clasificaron las especies según su forma de crecimiento: cactus globosos (redondos y bajos), arborescentes (grandes y ramificados, como árboles), opuntioides (parecidos a las tunas) y columnares cortos. El objetivo: medir cuántos sobrevivieron y si lograron rebrotar después del fuego.

Los resultados fueron tan variados como las formas de los cactus. Los globosos, pequeños y bajos, fueron los grandes campeones: sobrevivieron el 84% de los individuos y todos mostraron signos de recuperación. En cambio, los cactus arborescentes -altos y robustos- apenas lograron un 25% de supervivencia, y solo un 2% de ellos pudo rebrotar.
¿Por qué esta diferencia? Todo parece indicar que el tamaño realmente importa. Las plantas más altas están más expuestas al calor del fuego, mientras que las más pequeñas, pegadas al suelo, pueden encontrar refugio entre rocas o bajo la cobertura vegetal. Además, factores como la pendiente y del terreno y su orientación, y la cantidad de pasto o arbustos alrededor influyeron en la capacidad de recuperación.
El estudio confirma algo que los ecólogos sospechaban: la forma de crecimiento de los cactus es clave para entender su supervivencia en un mundo donde los incendios son cada vez más frecuentes. Los resultados también sugieren una respuesta a una pregunta que los ecólogos tienen desde hace tiempo: ¿los incendios han sido un disturbio natural en el Chaco Serrano? Las respuestas de los cactus arborescentes indican que no sería compatible una mediana o alta frecuencia de los mismos con la presencia de estas especies. También deja una advertencia: si los incendios siguen aumentando, los cactus arborescentes podrían desaparecer de estos paisajes, cambiando radicalmente la fisonomía del bosque chaqueño.
Preservar estos ecosistemas requiere comprender sus dinámicas, y este trabajo aporta información valiosa para pensar estrategias de conservación que consideren las particularidades de cada especie y del ambiente que las rodea.
Enlace a la publicación en el Journal of Plant Ecology
Especialistas del IMBIV, CONICET-UNC que participaron de este trabajo: