Grandes extensiones de hábitats naturales de todo el mundo se han transformado por la agricultura moderna en tierras para unos pocos cultivos. El cultivo de la soja se ha destacado en el escenario agrícola de Argentina, superando los 20 millones de hectáreas, lo que representa más del 50% del área total cultivada de nuestro país.
Este gran aumento de la superficie cultivada se ha realizado sobre ambientes naturales, con cambios profundos sobre los ecosistemas, las comunidades locales y las economías regionales. Las prácticas de intensificación agrícola en zonas boscosas implican fragmentación de la vegetación natural de la región y homogeneización del paisaje, con grandes extensiones de un solo cultivo que florece durante unas pocas semanas (Figura 1).
La expansión de la frontera agrícola sobre los hábitats naturales afecta negativamente la provisión de distintos servicios ecosistémicos, entre ellos la polinización. Este proceso requiere de la interacción de los polinizadores y las flores, y se vincula con la producción de semillas. Por ello, cuando se pierden ambientes naturales, también desaparecen los animales polinizadores y las plantas con flores de las que se alimentan.
Los cultivos extensivos florecen durante un corto período de tiempo y ocupan una gran proporción del territorio, es decir, tienen floraciones masivas en ese paisaje. Uno de los posibles efectos de este pulso estacional de floración de los cultivos puede relacionarse con cambios en el comportamiento de alimentación (búsqueda de néctar o polen de las flores) por parte de los polinizadores que habitan los agroecosistemas, ya que las flores del cultivo atraen polinizadores que habitualmente se alimentan de las flores de plantas que ocurren en ambientes seminaturales. Entonces, el proceso de polinización sobre las flores de distintas especies se puede modificar durante ese periodo de floración masiva del cultivo. Además, las interacciones planta-polinizador no solo pueden verse profundamente afectadas por la floración en las áreas cultivadas, sino también por la proporción de remanentes de vegetación seminatural en el paisaje, modificando conjuntamente la abundancia de polinizadores y sus visitas a las flores.
La soja es uno de los cultivos más extendidos a nivel mundial, y sus flores son visitadas por distintas abejas (Figura 2), las que su vez también visitan otras plantas que ocurren en el bosque. En un trabajo recientemente publicado, en el que participaron integrantes del IMBIV, CONICET-UNC, se analizaron los efectos de la floración masiva de la soja y la proporción de ambientes seminaturales presentes en el paisaje sobre la polinización de plantas nativas que habitan en bosques fragmentados del centro de Argentina.
Para evaluar estos efectos se seleccionaron tres especies focales de plantas que habitan en el bosque (Figura 3), las que tienen su periodo de floración superpuesto con la floración de la soja y sus flores son visitadas por el mismo grupo de abejas que visitan las flores de soja. Se esperaba una menor tasa de visitas de polinizadores a las plantas del bosque a medida que se incrementara la proporción de soja florecida en el paisaje y disminuyera la proporción de superficie de bosque. Además, esperábamos que los efectos en las abejas nativas de menor tamaño corporal se manifestaran a escalas espaciales más pequeñas en comparación con las abejas melíferas, ya que los rangos de vuelo para su alimentación difieren mucho entre estos grupos de polinizadores.
Se estudiaron nueve sitios focales en donde se clasificó la proporción de bosque y cultivos a distintas escalas, cuantificando el área con floración masiva de soja (Figura 4).
Las abejas fueron los visitantes florales más frecuentes y la tasa de visitas a las flores se incrementó a medida que aumentó la proporción de bosque en el paisaje alrededor del sitio focal, principalmente a la escala de 1km de radio (unos 3km2 de superficie). Los efectos de la floración masiva de la soja se modificaron cuando cambian las proporciones de bosque alrededor de sitio de estudio. En particular, la tasa de visitas de las abejas nativas a las flores de las plantas del bosque disminuyó a medida que en los alrededores del sitio focal se registran proporciones crecientes de soja florecida. En cambio, la tasa de visitas de las abejas de la miel (especie exótica para la región) mostró una tendencia positiva con la proporción creciente de bosque en el paisaje. Es decir, hubo relaciones distintas según el grupo de abejas que se considere. Las distintas tendencias entre los grupos de polinizadores pueden explicarse por la dinámica de floración de la soja a escala del paisaje durante el verano y las posibilidades de alimentación de acuerdo con el rango de vuelo de las abejas, el que se relaciona positivamente con el tamaño corporal.
Estos resultados son novedosos porque muestran la importancia de considerar la matriz de cultivos al momento de tomar decisiones sobre el manejo del paisaje. La diagramación de los agroecosistemas debería posibilitar la alimentación de los polinizadores y la conservación de la diversidad funcional durante todo el año. Los polinizadores son muy importantes para los cultivos ya que garantizan mayores rindes, pero su periodo de vida adulta excede largamente el corto periodo de floración del cultivo y, por ello, necesitan alimentarse de las flores de muchas otras especies de plantas a lo largo del año para poder persistir en la región. Las interacciones entre animales y plantas, como la polinización, son cambiantes en el tiempo y espacio, y por tanto complejas de estudiar. Mejorar nuestro conocimiento sobre ellas permite desarrollar medidas que promuevan la supervivencia de los polinizadores y la reproducción de una gran cantidad de especies de plantas del bosque, posibilitando la conservación de los agroecosistemas.
Los resultados sugieren que es necesario un cuidadoso ordenamiento territorial para alcanzar sostenibilidad de los agroecosistemas. Entre muchas medidas, se debería considerar un enfoque complejo que incluya la conservación de los remanentes de bosque en el agroecosistema, el impacto de la floración masiva de los cultivos sobre procesos ecológicos clave, como la polinización, y los efectos específicos de las escalas espaciales sobre distintos grupos de organismos.
Autor: Leonardo Galetto
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